sábado, 10 de septiembre de 2011

Estudio con ratones descubre el origen de las canas

Un estudio encuentra que un tipo particular de señales entre dos tipos de células madre, podría ser responsable del color del pelo y generar su crecimiento. Según los investigadores, estos hallazgos podrían servir para, en el futuro, lograr la regeneración tisular. Además, creen que este estudio también podría aplicarse a enfermedades como el melanoma.

Investigadores del Centro Médico Langone de la NYU encontraron que la señalización Wnt, que ya se sabe controla muchos procesos biológicos, podría explicar cómo estas células madre funcionan en conjunto para producir el color del pelo y generar el crecimiento del mismo.

"Hace décadas que sabemos que los folículos capilares y las células melanocitos que producen el pigmento colaboran para producir el color del pelo, pero no se conocían las razones subyacentes", apuntó Muyami Ito, profesora asistente de dermatología del Langone en un comunicado de prensa de la NYU. "Descubrimos que la señalización Wnt es esencial para las acciones coordinadas de estas dos líneas de células madre, y crítica para la pigmentación del pelo".

Los investigadores encontraron que la falta de activación Wnt en las células madre melanocitos llevan a pelo sin color, o canas. También mostraron que la señalización Wnt anómala en las células madre de los folículos capilares impide que el pelo vuelva a crecer. Los autores del estudio concluyeron que sus hallazgos podrían servir como modelo para la regeneración tisular.

"El cuerpo humano tiene muchos tipos de células madre que tienen el potencial de regenerar otros órganos", señaló Ito. "Los métodos que subyacen a la comunicación entre las células madre del pelo y del color durante el reemplazo de las canas podrían darnos pistas importantes para regenerar órganos complejos que contienen muchos tipos distintos de células".

Los investigadores añadieron que el estudio, que aparece en la edición del 1 de junio de la revista Cell, podría ayudar a iluminar enfermedades en que los melanocitos se pierden o crecen sin control, como el melanoma.

FUENTE: NYU Langone Medical Center, news release, June 14, 2011

El pensamiento grupal puede influir sobre la memoria

Es probable que usted esté familiarizado con lo fácil que es recordar cosas que nunca sucedieron, sobre todo si está con personas que recuerdan las cosas de la misma manera.

Investigadores británicos e israelíes usaron una novedosa prueba de memoria falsa y tecnología de escáneres cerebrales para averiguar cómo sucede.

Alrededor del 70 por ciento de los que participaron en la prueba creían en las memorias implantadas, y ciertas partes de sus cerebros tendían a activarse más mientras lo hacían, reportaron los investigadores en la edición del 1 de julio de la revista Science.

"La influencia social puede manipular eficazmente los rastros de memoria existentes, con frecuencia creando memorias falsas de larga duración", señaló el autor líder del estudio Micah Edelson. El cerebro parece hacerlo activando regiones que controlan las emociones, las interacciones sociales y el procesamiento de la memoria, añadió.

"Para crear memorias falsas, pedimos a pequeños grupos de participantes que vieran un documental, y luego evaluamos sus memorias individuales de la película. También les preguntamos qué tan seguros estaban de que cada respuesta que daban era correcta", comentó Edelson, estudiante de postgrado del Instituto de Ciencias Weizmann en Rehovot, Israel. Luego, los investigadores intentaron fomentar las respuestas falsas mediante el uso de la influencia grupal "para cambiar... las respuestas correctas en las que confiaban en respuestas incorrectas".

Casi el 70 por ciento de las veces, las personas del estudio se tragaron la memoria falsa y la creyeron. De éstos, alrededor del 40 por ciento siguió recordando la memoria falsa.


Los hallazgos de la investigación, en que también participó el Centro de Neuroimágenes Wellcome Trust del Colegio Universitario de Londres, son relevantes para aspectos de la vida real como el sistema legal, en que los testimonios de testigos con frecuencia convencen a los jurados, apuntó Edelson.

La clave del experimento fue "la manipulación de la influencia social", dijo el profesor de psicología Henry L. Roediger III, de la Universidad de Washington en San Luis, quien fue coautor de un comentario que acompaña al estudio. "Cuando los sujetos del experimento vieron que otras personas habían respondido de una forma, tendían a conformarse y responder de la misma forma".

Nadie resultó inmune a las sugestiones de las memorias falsas, señaló Edelson, aunque algunos pudieron apegarse a la realidad mejor que otros.

Los escáneres mostraron que áreas de la amígdala y el hipocampo del cerebro estaban más activas en las personas que con el tiempo creían las memorias falsas. El hipocampo afecta la memoria, dijo Edelson, mientras que la amígdala "probablemente tenga un papel crítico ya que está perfectamente situada... para mediar entre los sistemas de procesamiento socioemocional y de memoria del cerebro".

 ¿Qué significa todo esto para la vida diaria?

Edelson dijo que podría tener que ver con los casos legales en que testigos oculares de un evento hablan entre sí sobre lo que sucedió. Y añadió que es posible, aunque no se ha probado, que los efectos del pensamiento grupal sobre las memorias de los niños que "son muy propensos a la influencia social" podrían ser mayores que en los adultos.

FUENTES: Micah Edelson, graduate student, Weizmann Institute of Science, Rehovot, Israel; Henry L. Roediger III, Ph.D., professor of psychology, Washington University in St. Louis; July 1, 2011, Science

Por sí sola, la edad no provoca descenso en los niveles de testosterona


Los niveles de testosterona no disminuyen necesariamente con la edad, pero es más probable que sí lo hagan en los hombres mayores con una salud general en declive, sugiere un estudio reciente.

Investigadores australianos encontraron que las cantidades de testosterona en sangre no se reducían en los hombres mayores con una salud óptima, lo que contradice investigaciones anteriores que indicaban que la deficiencia de testosterona relacionada con la edad contribuía al deterioro de la salud, la fatiga y la pérdida de libido.

Los datos, recogidos como parte del Estudio del hombre saludable, fueron presentados el martes en la reunión anual de la Endocrine Society, en Boston.

"Nuestra interpretación es que la edad por sí misma no reduce los niveles de testosterona. Pero los trastornos que se acumulan cuando los hombres envejecen, de los cuales unos se pueden evitar y otros no, unos son genéticos y otros ambientales, tienen dicho impacto, aunque de forma bastante modesta", aseguró el autor del estudio, el Dr. David Handelsman, profesor de endocrinología reproductiva y andrología de la Universidad de Sídney.


"Esto haría que la tendencia al tratamiento con testosterona para el bien conocido, aunque sobrevalorado, declive en la testosterona en sangre relacionado con la edad sea errónea", añadió Handelsman, quien también es director del Instituto de Investigación ANZAC de la universidad. "Pero por supuesto, podríamos estar equivocados".

Handelsman y su equipo tomaron muestras de sangre nueve veces en tres meses de 325 hombres mayores de 40 años que reportaron estar en excelente salud. Los hombres que tomaban medicamentos que afectan a la testosterona fueron excluidos de la investigación.

Aunque la edad no tuvo efecto sobre las concentraciones de testosterona, la obesidad se relacionó con un declive menor, apuntaron los científicos.

El Dr. Ronald Swerdloff, jefe de la división de endocrinología del Centro Médico Harbor-UCLA en Los Ángeles, anotó que otros estudios habían documentado un mayor descenso en la testosterona en hombres mayores, y aseguró que la investigación del Handelsman era una "pieza del rompecabezas".

"Muchas personas están de acuerdo en que la enfermedad aguda y crónica afecta adversamente los niveles de testosterona en sangre, así que eso no es una sorpresa", apuntó Swerdloff. "Pero hay reducciones que parecen ser independientes de las afecciones comórbidas. El asunto es que con un aumento en la edad [hay] un descenso en los niveles de testosterona, [pero] el nivel del descenso difiere de un estudio a otro, y la variación podría deberse a muchos factores".

Swerdloff dijo que no respalda a las compañías que desean sacar provecho de los temores de los hombres mayores sobre la testosterona en declive para venderles complementos que supuestamente compensan dicho descenso.

"En teoría, explotan a la población y sacan provecho de una afección que quizás sea real, pero no universal, para obtener ganancias financieras", lamentó.

Debido a que este estudio se presentó en una reunión médica, sus datos y conclusiones deben ser considerados como preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por colegas.

FUENTES: David Handelsman, M.D., Ph.D., professor, reproductive endocrinology and andrology, University of Sydney, Australia, and director, ANZAC Research Institute; Ronald Swerdloff, M.D., professor, medicine, David Geffen School of Medicine, University of California, Los Angeles, and chief, division of endocrinology, Harbor-UCLA Medical Center, Los Angeles; June 7, 2011, presentation, Endocrine Society annual meeting, Boston